La intervención ha consistido en la limpieza de la policromía de la cabeza, retirada de los repintes de las manos y pies, así como la consolidación de algunas partes del cabello y barba. Estas piezas que tallara Enrique Galarza en torno a 1950, han sido ensambladas a un nuevo cuerpo que asegure la sujección de la escultura al paso procesional, que sustituye a uno anterior, realizado por Antonio León Ortega